Durante la jornada de este fin de semana se evidencia nuevamente la crisis hospitalaria que ha enfrentado por años el hospital de Iquique Ernesto Torres Galdámes, donde se pueden evidenciar 08 y mas horas de espera de los concurrentes para ser atendidos por médicos en este recinto hospitalario, sin mencionar la precariedad con la que son atendidos utilizando la realización de exámenes médicos como ultima ratio en la jornada laboral de estos funcionarios médicos, todo con la finalidad de atender rápidamente a los pacientes y así eliminar las cifras en la listas de esperas.
Sin mencionar, que a raíz de la pandemia, los concurrentes que en su mayoría son enfermos y accidentados, deben hacer esta espera para su atención en las sillas que se encuentran ubicadas en las intemperies de este establecimientos, donde niños, jóvenes, adultos y ancianos esperan para ser atendidos primeramente para su categorización y posteriormente, después de varias horas, por el medico de turno sea pediátrico o adulto.
En contraste a esta situación está la atención particular por ejemplo en la Clínica Tarapacá, donde si bien las esperas son de una a dos horas aproximadamente, el costo de la atención de urgencias bordea los $79.000 hasta llegar a los $400.000 con la realización de exámenes de rigor. Monto que una familia común y corriente no puede costear, lo que ha provocado el colapso nuevamente de los recintos asistenciales públicos, por no quedar más opciones para el ciudadano de esta región que pasa por la situación de tener a un integrante de su grupo familiar enfermo.
Situación que se agrava mas considerando que el nuevo Hospital de la comuna de Alto Hospicio que entro en funcionamiento desde el dia 02 de enero del año en curso solo funciona para actividades administrativas y no atenciones de urgencias, debiendo ser los pacientes derivados a los consultorios o sapus de la comuna o finalmente al hospital de Iquique.
Se hace un llamado a las autoridades municipales de esta ciudad para priorizar los recursos en el área de la salud, pero primordialmente para vigilar el uso eficaz y eficiente de los mismos, a fin de que la salud en esta región en recintos asistenciales públicos no solamente sea de calidad sino respetando la dignidad de cada paciente que no tiene la opción de escoger otro recinto asistencial.-
